martes, 12 de marzo de 2013

La vida se reduce a una sucesión de muros: el que hay que saltar para acabar el instituto y aprobar la selectividad, el que hay que superar para entrar en la carrera que deseas, el que hay que sortear para terminar bien los estudios... Y el más importante: el que te separa a ti del mundo. Un muro que construyes a tu alrededor y ruegas que nadie salte porque fuera hay gente que te puede llegar a hacer mucho daño si lo superan. Pero ese muro no mantiene a los demás fuera, sino a ti dentro. 
La vida es una sucesión de muros y puedes pasarte la vida levantándolos o saltándolos. En algún momento tienes que decidirte  y, aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos  si te aventuras a saltarlos, las vistas al otro lado son fantásticas.