lunes, 21 de mayo de 2012


Game over

¿Qué hacer cuando tu mundo se cae a pedazos? ¿Cómo sobre llevar el fin de algo que tú ni siquiera sabias que tenía final? Mi vida se cae a pedazos, y no puedo sostenerla. Todo en lo que creía se ha ido, mi esperanza ya no está, se ha perdido con todo en lo que quería y confiaba. Aún busco los trozos rotos que cayeron cuando supe que no había solución, que no había marcha atrás, pero no los encuentro. No puedo dejar de llorar, me siento vacía. Alguien me dijo que la vida es como un gran juego, pero no lo es, es mucho más compleja, más cruel. Si fuese un juego, solo tendría que pulsar reiniciar para que todo volviese a su sitio. Pero en la vida real no existe ese botoncito mágico que arregla las cosas. No hay segundas oportunidades. Si se acaba algo, se acabó. Fin del juego.

domingo, 20 de mayo de 2012

Esa maldita piedra

A veces me quedo alucinada de ver la cantidad de veces que una persona puede tropezarse con la misma piedra. Una y otra vez la ve en el camino y, en vez de saltarla, sigue caminando, se tropieza con ella y cae al suelo. Y una vez más no me canso de avisar que ahí está la maldita piedra, que tenga cuidado con ella. Pero no, nunca me hace caso y luego viene llorando porque se tropezó y se dio con el suelo en la nariz. Y soy yo la que siempre se tiene que ocupar de las cosas que están mal. Pues bien, ya estoy harta. Es la última vez que le aviso. Si no quieres verla, bien por ti, pero luego cuando estés en el suelo y veas que ha sido por esa condenada piedra de siempre no vengas a mí, porque esta vez no pienso mover un dedo para ponerte en pie y limpiarte de polvo. Esta vez vas a tener que ser tú solita la que se las apañe como pueda cuando se vea llorando en el suelo y con la nariz nuevamente roja.

sábado, 19 de mayo de 2012


Me siento como una estúpida. Me hizo sentir alguien especial, importante… pero no, solamente era otra más. Y ahora me entero que mientras yo pensaba en que te habías fijado en mí, tú ya te divertías con otra. No sé qué hacer, porque si no soy especial pero tampoco me dejas olvidarte, ¿qué puedo hacer? ¿Me hago la tonta, la que no sabe nada y finjo que no me has hecho daño? ¿O te mando a la mierda y me arriesgo a perderlo todo?

miércoles, 16 de mayo de 2012

Invisible

Hace días que me ando buscando.
Perdí mi reflejo al renegar de mi sombra y ahora no me encuentro. Ni en la nevera, ni en mi sillón favorito, ni si quiera tras el mantel. No estoy en el armario, ni en la repisa del comedor, ni en el tarro de las galletas, ni debajo de la cama. No me encuentro entre las sartenes, ni en la lámpara del pasillo, ni en el tazón del desayuno.
No me he tropezado conmigo en las escaleras, ni en el autobús. No me he visto en los escaparates, ni en los ojos de los demás. No he oído mi voz al descolgar el teléfono. No encuentro mis brazos, mis piernas, mi nariz o mis ojos.
No estoy.
Tanto tiempo deseando desaparecer y ahora paso los minutos deseando encontrarme.
Todo por hacer caso a esa estúpida receta. Solo espero en que la fórmula venga con antídoto.