Invisible
Hace días que me ando buscando.
Perdí mi reflejo al renegar de mi sombra y ahora no me
encuentro. Ni en la nevera, ni en mi sillón favorito, ni si quiera tras el
mantel. No estoy en el armario, ni en la repisa del comedor, ni en el tarro de
las galletas, ni debajo de la cama. No me encuentro entre las sartenes, ni en
la lámpara del pasillo, ni en el tazón del desayuno.
No me he tropezado conmigo en las escaleras, ni en el
autobús. No me he visto en los escaparates, ni en los ojos de los demás. No he
oído mi voz al descolgar el teléfono. No encuentro mis brazos, mis piernas, mi
nariz o mis ojos.
No estoy.
Tanto tiempo deseando desaparecer y ahora paso los minutos
deseando encontrarme.
Todo por hacer caso a esa estúpida receta. Solo espero en
que la fórmula venga con antídoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario