miércoles, 26 de diciembre de 2012

viernes, 21 de diciembre de 2012

Todo. Es curioso como una única palabra puede significarlo todo. Todo es el mar, el cielo, la tierra, las personas que quieres, las personas que odias...
Todo es todo. 
Y pensar que puedes perderlo todo por un capricho del destino...

jueves, 20 de diciembre de 2012


Un día se levantó de la cama y decidió cambiar el mundo. Empezaría por lo más básico, los niños. Les enseñaría a pensar y a soñar, a trabajar duro y a no darse nunca por vencidos. Les explicó lo necesario del equilibrio en la vida, la necesidad de disfrutar y soñar en la misma cantidad que de trabajar y estudiar. Les mostró el amor inocente y desinteresado y, sobre todo, les enseñó a confiar. Una vez acabó con ellos, continuó con los jóvenes. A ellos les invitó a madurar, a tener iniciativa y ser fuertes, a patear las piedras que se les pusieran en el camino y a superar cualquier clase de obstáculos. Les enseñó lo que es amar con pasión y luchar hasta el final. Les enseñó lo que es la traición y como sobrellevarla.  A continuación, siguió con los adultos. A ellos les enseñó moderación, templanza. Ejercitó su paciencia y lógica, y les mostró en que luchas debían pelear y cuales debían dejar pasar. Les mostró cómo disfrutar de la vida. Les enseñó lo que es el amor basado en la confianza y la importancia del perdón. Y por último, terminó con los ancianos. A ellos les enseñó a apreciar la vida vivida, a cuidar de sus familiares, aceptar los nuevos tiempos y a preparar a las nuevas generaciones. Les enseñó lo que es el amor eterno, a apreciar la belleza  de la vida efímera. A seguir descubriendo y nunca dejar escapar la pequeña llama de la esperanza que todos llevamos dentro. A estar en paz con uno mismo y con el mundo para, cuando llegará el momento,  partir sin recelos ni arrepentimientos. Cuando terminó, volvió a la cama y se durmió con la sensación de haber aprovechado el día.

miércoles, 19 de diciembre de 2012


Últimamente me pregunto por mi futuro. Supongo que como todo el mundo con mi edad. Esperan que elijamos, que tomemos la decisión y saltemos al vacío. Pero, ¿soy yo la única a la que le da miedo que no se me abra el paracaídas? Es una decisión que nos marcará, dictará el camino a seguir. Y si nos equivocamos, podemos caer en un  campo de espinas o acabar aplastados  el pavimento mientras los demás aterrizan suavemente y sin un rasguño. Es una decisión que sellará nuestro destino.

martes, 10 de julio de 2012


El problema de escribirle a alguien un te quiero es que cuando dejas de hacerlo, sigue escrito.

domingo, 8 de julio de 2012


Odio las personas que dicen te quiero y te amo sin de verdad sentirlo. Es por culpa de esas personas que esas cuatro palabras han perdido su valor. Por eso lo digo tan poco, porque hay que compensar su abuso. Y además, al decirlo, como no es habitual en mí, es más especial.

lunes, 25 de junio de 2012

¡Dios!¡Estoy harta!¡Déjame en paz de una vez! Si quieres meterte con alguien, mírate a un espejo e insulta a tu reflejo, pero a mi déjame tranquila. A veces te odio de una manera que empiezo a dudar si me queda algo de afecto por ti. Puede que yo no lo esté haciendo bien, pero tú te estás pasando un huevo y, mala suerte para ti, soy muy rencorosa y te lo haré pagar.

domingo, 3 de junio de 2012

Y vivieron felices para siempre

Todos recordamos los cuentos de nuestra infancia: el zapato le cabe a Cenicienta, la rana se convierte en príncipe, a la Bella durmiente la despiertan con un beso..."Érase una vez" "Y vivieron felices". Esta es la materia de la que están hechos los sueños. El problema es que los cuentos no se hacen realidad. Las otras  historias, esas que comienzan en noches oscuras y tormentosas y tienen un final atroz, son las que parecen convertirse en realidad. Los cuentos no se hacen realidad. La realidad es más tormentosa, más turbia, asusta más. Las personas no viven "felices para siempre", ni si quiera hay un "para siempre". Y a quien inventó "Y vivieron felices..." habría que darle una paliza.

lunes, 21 de mayo de 2012


Game over

¿Qué hacer cuando tu mundo se cae a pedazos? ¿Cómo sobre llevar el fin de algo que tú ni siquiera sabias que tenía final? Mi vida se cae a pedazos, y no puedo sostenerla. Todo en lo que creía se ha ido, mi esperanza ya no está, se ha perdido con todo en lo que quería y confiaba. Aún busco los trozos rotos que cayeron cuando supe que no había solución, que no había marcha atrás, pero no los encuentro. No puedo dejar de llorar, me siento vacía. Alguien me dijo que la vida es como un gran juego, pero no lo es, es mucho más compleja, más cruel. Si fuese un juego, solo tendría que pulsar reiniciar para que todo volviese a su sitio. Pero en la vida real no existe ese botoncito mágico que arregla las cosas. No hay segundas oportunidades. Si se acaba algo, se acabó. Fin del juego.

domingo, 20 de mayo de 2012

Esa maldita piedra

A veces me quedo alucinada de ver la cantidad de veces que una persona puede tropezarse con la misma piedra. Una y otra vez la ve en el camino y, en vez de saltarla, sigue caminando, se tropieza con ella y cae al suelo. Y una vez más no me canso de avisar que ahí está la maldita piedra, que tenga cuidado con ella. Pero no, nunca me hace caso y luego viene llorando porque se tropezó y se dio con el suelo en la nariz. Y soy yo la que siempre se tiene que ocupar de las cosas que están mal. Pues bien, ya estoy harta. Es la última vez que le aviso. Si no quieres verla, bien por ti, pero luego cuando estés en el suelo y veas que ha sido por esa condenada piedra de siempre no vengas a mí, porque esta vez no pienso mover un dedo para ponerte en pie y limpiarte de polvo. Esta vez vas a tener que ser tú solita la que se las apañe como pueda cuando se vea llorando en el suelo y con la nariz nuevamente roja.

sábado, 19 de mayo de 2012


Me siento como una estúpida. Me hizo sentir alguien especial, importante… pero no, solamente era otra más. Y ahora me entero que mientras yo pensaba en que te habías fijado en mí, tú ya te divertías con otra. No sé qué hacer, porque si no soy especial pero tampoco me dejas olvidarte, ¿qué puedo hacer? ¿Me hago la tonta, la que no sabe nada y finjo que no me has hecho daño? ¿O te mando a la mierda y me arriesgo a perderlo todo?

miércoles, 16 de mayo de 2012

Invisible

Hace días que me ando buscando.
Perdí mi reflejo al renegar de mi sombra y ahora no me encuentro. Ni en la nevera, ni en mi sillón favorito, ni si quiera tras el mantel. No estoy en el armario, ni en la repisa del comedor, ni en el tarro de las galletas, ni debajo de la cama. No me encuentro entre las sartenes, ni en la lámpara del pasillo, ni en el tazón del desayuno.
No me he tropezado conmigo en las escaleras, ni en el autobús. No me he visto en los escaparates, ni en los ojos de los demás. No he oído mi voz al descolgar el teléfono. No encuentro mis brazos, mis piernas, mi nariz o mis ojos.
No estoy.
Tanto tiempo deseando desaparecer y ahora paso los minutos deseando encontrarme.
Todo por hacer caso a esa estúpida receta. Solo espero en que la fórmula venga con antídoto.